lunes, 16 de marzo de 2015

Descubriendo las altas capacidades

Por estas fechas se cumple un año desde que calificaron a mi número 1 como niño de altas capacidades. Un año desde que nos sorprendió a todos un diagnóstico que no esperábamos y que nos hizo replantearnos muchas cosas. Hoy echo la vista atrás y veo lo que he aprendido, lo que aún me queda por hacer y, sobre todo, los diferentes sentimientos que me ha despertado este año aprendiendo a comprender mejor a mi hijo.

Número 1 aprendió a hablar correctamente desde el principio, y siempre ha tenido una curiosidad desbordante. A mi me encantaba contestarle a todo y además proponerle nuevas preguntas sobre el mismo tema hasta ver que su curiosidad quedaba satisfecha. En infantil su maestra lo calificaba del típico "sabio despistado" porque se interesaba por todo pero a la vez era un despiste andante.

El problema llegó al pasar a primaria. Su tutora nos comentaba que era demasiado despistado, que no parecía atender en clase (aunque luego completara la tarea a la perfección), que a pesar de ser el que mejor leía de la clase (mi hijo no ha tenido la fase de lectura "autómata", siempre ha leido con la entonación correcta) tenía una letra horrorosa y muy mala motricidad fina. Después de varios meses haciéndole seguimiento nos pidió permiso para que le evaluara el equipo de orientación buscando un posible TDAH, permiso que dimos inmediatemente, por supuesto, porque cualquier problema tiene solución, y cuanto antes se la demos mejor.

Tras un análisis de un ratito una mañana (no se exactamente el tiempo, pero el niño dijo que se fue un ratito con la orientadora a su despacho, ni siquiera toda la mañana) y 4 meses de espera, por fín nos llega el tan ansiado informe oficial. Creo que no nos lo esperábamos ninguno. El niño tiene un elevado cociente intelectual y no presenta signos de TDAH.

Creo que la que peor se lo tomó fue la maestra. Es una señora con muchos años de experiencia docente y me da la sensación de que no le gustó nada que le llevasen la contraria. Lo primero que hizo fue desprestigiar a la orientadora que hizo la evaluación con comentarios del tipo "Esa qué sabrá, si le ha hecho los test en un despacho donde el niño no tiene distracciones" (cabe decir que además de los test la orientadora estuvo 2 horas observando cómo se comportaba el niño en su aula, y yo lo se porque me lo dijo la tutora) y "yo no puedo llevar a cabo las recomendaciones de tutoría que me da la orientadora porque con 20 niños en la clase no me puedo dedicar a uno solo". A partir de ahí cada mes y medio reunión de tutoría para contarme lo tremendamente despistado que era mi hijo y que esos niños medicados mejoran muchísimo (sin comentarios).

Por mi parte, seguí las recomendaciones que la orientadora nos dio como padres. Debo decir que eran cosas que ya aplicábamos en casa y que el niño tenía interiorizadas, y de hecho la misma orientadora estaba sorprendida de que hubíeramos actuado así sin haber tenido ayuda de ningún psicopedagogo (pero sí que tenemos sentido común).

A día de hoy el niño sigue sin tener ningún tipo de apoyo en el colegio, apoyo que le corresponde por ley, y que la maestra se niega a darle porque ya tiene bastante con los 3 niños de la clase que no llegan a los mínimos exigidos. Para ellos hay ayuda inmediata, para ellos hay apoyo específico y motivación, y me alegro muchísimo por ellos, pero seguro que esos padres no han tenido que escuchar a la maestra de sus hijos amenazando con que el niño si sigue así el próximo curso tendrá que repetir con mucha probabilidad, no habrán tenido que escuchar a sus hijos llorar pidiendo por favor que les despidan del colegio, y no habrán visto cómo sus hijos desaprovechan su potencial, porque lo están aprovechando al máximo.

Hace unas semanas la maestra me pidió permiso para evaluar al niño de nuevo. Creo que se dio cuenta de que no pienso medicar a mi hijo el día que me aconsejó llevarlo a su pediatra a ver si le recetaba lo que fuera (en vista de que la orientadora no lo había considerado oportuno) y le contesté que su pediatra ya lo había visto y su conclusión había sido que el niño no necesitaba medicación porque lo único que le ocurría es que se aburría mortalmente en clase.

Así que tengo una tutora cabreada, un niño frustrado, unos padres que ya no saben donde buscar ni qué hacer para ver a su hijo mejor... Hemos terminado por llevarle a una psicóloga (particular) para que le haga una evaluación completa, tanto intelectual como emocional, para ver cómo podemos motivar a un niño que en casa sigue interesándose por cualquier tema excepto por los que le imponen desde el colegio.

¿Más padres por ahí así? Me gustaría conocer vuestras experiencias. Seguiré contando los próximos capítulos, que espero que sean pocos.

2 comentarios:

  1. Creo que te puede consolar que hay muchos casos como el de tu hijo y muchas madres como tú. Durante 15 años sigo de cerca el tema de las altas capacidades intelectuales y los inicios suelen producir bastante desasosiego en los padres. Cuando digo "inicios", me refiero a ese momento en que te dicen o te das cuenta que tu hijo es superdotado, perdón ahora se denominan con altas capacidades. Son los peores momentos, hay mucha incertidumbre, quieres lo mejor para él y te das cuenta que vas a tener que "arremangarte" si quieres conseguir lo que has leído que es adecuado para él.
    Empieza por dejar de charlar con el personal docente y solicita por escrito ...
    En todos estos años he contactado con cantidad de madres, algún padre (recuerdo solo a dos), que piensan que a lo mejor es cosa suya, amor de madre, que temen hablar con otras madres de este tema ... Para ellas es un consuelo contactar con alguien que ya pasó por esta experiencia. En mi caso, he estado atendiendo el teléfono de contacto de una asociación de padres y madres de altas capacidades durante más de tres años.

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    1. Muchas gracias por tu apoyo, ya veo que no me lo van a poner fácil, pero no saben que han dado con un hueso duro de roer. Estoy en espera de la evaluación de nuestra psicóloga y en breve entraré en contacto con un par de asociaciones locales, porque siempre la unión hace la fuerza. Seguiremos hablando! Un saludo.

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